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Familia y escuela Capítulo 284: La brújula

Por Gustavo Ibarra Hurtado

Septiembre 24, 2025 03:00 a.m.

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Tal como se le define, la brújula es un instrumento que sirve para orientarse con respecto al norte magnético de la tierra; su uso y aplicación ha sido de ayuda vital cuando, ante el desconocimiento del terreno o la situación geográfica en la que nos encontramos, nos ubica para enfilar de manera correcta hacia un objetivo, rumbo o camino.

Es útil para la toma de decisiones ante la incertidumbre del camino a tomar, debido a que no existe un sendero a seguir o, existen varios y se debe elegir el correcto; lo mismo que al tomar el rumbo adecuado en el mar.

Su uso y aplicación otorga, además de la orientación para seguir el rumbo adecuado, una dosis elevada de confianza y seguridad en las acciones que llevamos a cabo, ratificando que las decisiones que se toman, han sido efectuadas de manera fundamentada, clara y con la seguridad que se sigue la senda correcta.

Con la ubicación y orientación que se brinda, el horizonte que se advierte tiene la claridad y una mayor probabilidad para el logro y alcance de objetivos propuestos, así como, en determinado momento, advertir que se necesita un cambio de rumbo y de acciones en un tiempo todavía adecuado para corregir el camino.

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Tal parece que los usos y finalidades que tiene y a los que lleva el uso de la brújula, debieran ser los mismos a los que debe conducir los procesos educativos y formativos de las personas.

La educación escolarizada, lo mismo que la formación recibida en hogares y la obtenida mediante la interacción social, incluida la influencia que tienen las diferentes redes sociales, ha sido y está siendo rebasada al quedarse fija y estática ante el devenir social y lo vertiginoso que acontece el día a día, sin advertir que el porvenir obligará necesariamente a la adquisición de nuevas herramientas que conformen una brújula que oriente ante cada nueva situación que se presente.

Me refiero a reducir este proceso a simplemente obtener escolarizadamente una serie de contenidos y conocimientos, los cuales tienen solamente como objetivo, no su uso orientador para su vida futura, sino el únicamente acumularlos y comprobar que se ha aprendido mediante la obtención de una calificación que demuestra de manera cuantitativa lo que aprendieron y no las cualidades que ese aprendizaje aportará para dirigir su rumbo en la vida.

En las familias se ha reducido la formación de los hijos a creer que es suficiente con el cumplir con las reglas, mandatos, normas sociales y morales; a seguir costumbres y formas culturales propias de sus núcleos y regiones, pero solo por el cumplir el dia presente; en contadas o casi nulas ocasiones se les menciona que estarán solos para decidir y que todo lo aprendido y acatado son solamente pequeños cimientos básicos sobre los que están parados, pero que a partir de ahí, deberán orientar su rumbo.

Los hijos y alumnos no estarán siempre bajo la tutela de maestros y padres de familia, puesto que tarde que temprano llegará el momento en que de manera autónoma tengan que tomar sus propias decisiones y el rumbo que para ellos sea considerado el más adecuado; lo mismo que las ocasiones en que consideren que han equivocado el camino y tengan que regresar a reiniciarlo.

Llegará el momento que las diferentes realidades los alcancen y los confronten, mediante vivencias que en muchos de los casos para resolverlas o tomar decisiones no se apoyan sobre una fórmula matemática o conocimiento químico; o sobre el buen lenguaje o dominio de una lengua extranjera, mucho menos al haber obedecido un mandato en el hogar.

Se encontrarán ante el consumo de sustancias prohibidas o con las drogas legales que fungen como el primer paso hacia otras dependencias; confrontar mediante su consumo digital a la gran variedad de contenidos audiovisuales, muchos de los cuales son verdaderos aportes a la cultura con aprendizajes absolutamente necesarios, pero otros, plagados de acciones morbosas, sexuales, contenidos falsos y tendenciosos comercial y políticamente; hasta el esperar la dosis de autoestima basada en la cantidad de respuestas afirmativas que se obtengan al publicar el mejor perfil físico.

Decidir conscientemente sobre su futuro académico y laboral y no solamente continuar con el legado familiar de asumir la misma profesión, oficio o actividad de papá o mamá y, por el contrario, que de acuerdo con el conocimiento de sus habilidades y preferencias, elija en lo que de por vida se va a desempeñar.

Decidir y tomar elección sobre las relaciones interpersonales, la elección del grupo de amigos, pareja, acciones que se realizan en estos grupos; construcción de la identidad personal reafirmando el sexo y género con el que se nace o asumir otras tendencias; su caracterización al utilizar su vestuario, accesorios, tatuajes y otras formas de construirse.

Es entonces que se entiende a la vida afuera del hogar y de la escuela como un paraje muchas veces impenetrable, o en otras tantas con múltiples caminos y veredas que lo vuelven confuso; para muchos, lo más sencillo es dejarse llevar por el azar o seguir hacia donde todos los demás corren frenéticamente, que para el caso significaría lo mismo que estar perdido y sin rumbo claro.

Luego entonces, resulta urgente que los procesos de formación y educativos tengan esa flexibilidad y visión ampliada tanto de educadores, formadores y educandos, de tener certeza que no es suficiente con “devorar” todos los contenidos y conocimientos escolarizados, ni todas las reglas, mandatos y normas sociales y familiares; se debe asegurar que ello es solo una base y que corresponderá a cada persona el construir su personalidad a la vez que elige sus caminos.

El gran regalo que toda educación y formación puede dar a sus hijos y alumnos es una brújula, para que cada quien la guarde en su bolsillo y en los momentos de duda e incertidumbre la saque, la use, levante la cara, mire el horizonte y continúe adelante.

Comentarios: gibarra@uaslp.mx