Mujeres, sin independencia económica
Persiste la inequidad en los ingresos de las trabajadoras, de acuerdo con información del Imco

Hasta el 2024, el 30.7 por ciento de las mujeres en el estado de San Luis Potosí no contaban con autonomía económica, es decir, no generan ingresos propios y dependen en mayor medida de familiares, programas sociales o remesas, de acuerdo con la información del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).
Según los datos del informe Estados #ConLupaDeGénero, la cual es una herramienta que permite comparar la capacidad estatal para impulsar la participación económica y la calidad del empleo de las mujeres, este porcentaje se traduce en que el 39.7 por ciento de las mujeres mantiene un ingreso laboral inferior al costo de la canasta básica alimentaria.
Mientras que en el caso de la entrada de las mujeres al mercado laboral, la entidad potosina registró que apenas el 45.8 por ciento de las mujeres de 18 años y más cuenta con al menos la educación media superior.
Así, cerca del 60.6 por ciento mantiene una condición de desigualdad en trabajo no remunerado, es decir, el tiempo adicional que dedica una mujer al trabajo no remunerado en comparación con un hombre.
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Para el rubro de la permanencia de las mujeres en el mercado laboral, el caso de la brecha de ingresos por género, la diferencia entre hombres y mujeres alcanzó el 6.5 por ciento en el año pasado, mientras que el 53.6 por ciento de las mujeres ocupadas lo hacen en la informalidad laboral con apenas el 17.7 por ciento de las emprendedoras que realizan sus actividades económicas dentro del marco de la formalidad laboral.
De igual forma, en el caso de la autonomía económica de las mujeres, apenas el 14.3 por ciento cuenta con propiedad o copropiedad de vivienda y el 2024 alcanzó una diferencia del crédito empresarial o de vivienda otorgado entre hombres y mujeres del 35.6%.
Ante este panorama, replicado en el contexto nacional, el Imco señaló que es necesario fomentar la permanencia educativa de las mujeres mediante sistemas de alerta temprana que identifiquen riesgos de deserción y la oferta de servicios de cuidado infantil para madres estudiantes, además de incentivar su participación en carreras técnicas.
Asimismo, se plantea reducir la desigualdad de género en el trabajo de cuidados, retomando programas como las Escuelas de Tiempo Completo, que amplían horarios y brindan alimentación, favoreciendo tanto la educación como la inserción laboral femenina.
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