Saltinbanquis: el arte callejero que resiste en el corazón de SLP

El pasado 30 de octubre, a las afueras del Palacio Municipal de San Luis Potosí, el grupo artístico Saltinbanquis Show vivió un nuevo episodio de confrontación y desalojo por parte de autoridades municipales capitalinas, mientras realizaban su presentación habitual en Plaza de Armas.
Integrado por la actriz, cantante y zanquera Mariela Martínez Lárraga y el actor Marco Antonio Zapata, el colectivo lleva más de un año compartiendo arte escénico en el espacio público.
De acuerdo con los artistas, el incidente ocurrió cuando personal del área de Deportes del Ayuntamiento bloqueó el espacio donde ellos se encontraban laborando, bajo el argumento de que se realizaría una premiación de los Juegos Latinoamericanos de Policías y Bomberos 2025, "Estábamos en plena función cuando comenzaron a colocar barreras frente a nosotros", relató Marco. "Les pedí que esperaran un momento, que había público viendo el espectáculo, pero respondieron de forma agresiva y nos retiraron sin dejarnos conectarnos a la corriente para continuar nuestro trabajo".
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No era la primera vez que el grupo enfrentaba hostigamiento. En años recientes, tanto Saltinbanquis Show como otros artistas del Centro Histórico han sido desplazados o interrumpidos por inspectores de Comercio y personal municipal. "Parece que los espacios públicos tienen dueño", comentó Marco. "Nosotros no comerciamos, hacemos arte. Quien quiere dar una moneda lo hace por voluntad, no porque cobremos un boleto. Pero nos tratan como si fuéramos delincuentes".
Para Mariela, la reacción de la ciudadanía ante estos hechos demuestra que el arte callejero tiene un papel social que las autoridades no terminan de reconocer. "La gente siempre nos apoya; cuando nos quieren quitar, el público se acerca, pregunta, defiende. Es muy bonito ver esa respuesta, porque la calle es el lugar donde el arte se encuentra con todos, sin filtros".
Los integrantes de Saltinbanquis Show también han señalado la falta de apoyo institucional para los artistas locales, tanto desde la Secretaría de Cultura de SLP como de la capital. "He esperado cuarenta años que las cosas cambien", reflexionó Marco. "A los grupos locales nos regatean el pago, nos hacen esperar meses. Mientras tanto, los artistas de fuera cobran de inmediato y con presupuestos enormes. Es una falta de sensibilidad y de respeto a quienes construimos la cultura de esta ciudad todos los días".
Su exigencia, aseguran, ademas de económica, es de reconocimiento y de condiciones dignas para ejercer su oficio: el derecho a crear, expresarse y compartir su trabajo en los espacios públicos sin ser desplazados. "El arte callejero no hace daño", afirma Mariela. "Al contrario, suma vida a la ciudad. Nosotros no estamos ahí por molestar, sino porque amamos lo que hacemos y queremos compartirlo con la gente".
Mencionan que una capital que se denomina "Capital Americana de la Cultura", casos como el suyo evidencian la deuda pendiente con las y los artistas locales. Su permanencia en las calles no solo representa una lucha por la subsistencia, sino por el derecho a habitar el espacio público desde la creatividad y la expresión libre.













