La culpa es de Navarro

15 de octubre de 2024. En el fastuoso escenario que había mandado construir, en el evento que había empeñado en organizar, Ricardo Gallardo Cardona se presentaba, como integrante de su equipo, RG2, en el Campeonato Nacional Charro.
Inauguraba las acciones del segundo torneo consecutivo celebrado en San Luis. El primero, el de 2023, estaba previsto a organizarse en la Arena Potosí, la joya de la corona entre las obras de su gobierno.
En esa ocasión, el inmueble, pese a las promesas de que iba a estar terminado a tiempo, seguía a medias, por lo que el torneo se improvisó, literalmente, en el estadio de beisbol 20 de Noviembre, algo que fue fuertemente criticado por aficionados charros y del deporte del bat por igual.
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La improvisación de la sede fue evidente, así como la floja respuesta de los potosinos, aficionados a varios deportes más que a la charrería. Alumnos de los Cecytes, del Cobach y de otras escuelas bajo control estatal fueron sacados de sus aulas para rellenar las gradas del estadio beisbolero transformado en lienzo charro.
Gallardo Cardona no iba a dejar pasar este descalabro y, contra los estatutos de la Federación Mexicana de Charrería, que para garantizar la rotación de sedes, obligaba a dejar pasar 4 años antes de que un estado volviera a albergar el torneo, logró que la Federación le diera de nuevo la sede.
Un año después, en esta segunda oportunidad, y ya en el escenario que soñaba, ante un lleno, sí, logrado con burócratas acarreados, estudiantes y asistentes con boleto regalado, pero lleno al fin, se preparaba a abrir el torneo con su participación.
Era la tradicional cala de caballo, un ejercicio en el que el jinete muestra cómo domina a su montura, echándolo en carrera, frenándolo y girándolo a izquierda y derecha.
Gallardo Cardona montaba a Navarro, un bonito ejemplar careto, padres purasangre de Estados Unidos y presentado como una estrella de la cala.
Gallardo Cardona empezó bien, logrando rayar de manera aceptable.
Y luego, el desastre. En la fase de giros, la montura se negó a hacerlo a la izquierda, por más que su jinete se lo ordenara. Con la serie de suertes incompleta, Gallardo Cardona desmontó mientras en la transmisión se mostraba su calificación: cero.
En la transmisión oficial, los locutores, que elogiaron bastante al jinete y a su montura, no hicieron ninguna referencia al calificado. Sólo cuando ya estaba en imagen el siguiente jinete, y sin referirse al nombre del anterior competidos, informaron que había sido descalificado debido a que el caballo se negó a girar a la izquierda.
Así, las dos ediciones previas del Campeonato Nacional Charro celebradas en San Luis no han sido del todo satisfactorias para el gobernador Gallardo Cardona.
Para su buena suerte, la Federación Mexicana de Charrería le ha dado una nueva oportunidad de resarcir la mala actuación.
La mala suerte será del erario potosino. Hasta hoy, no se ha sabido con certeza cuál fue la inversión del gobierno del estado en ambos campeonatos.
La Federación soltó en 2023 que el gobierno estatal le había entregado 17 millones de pesos por concepto de Fianza.
En enero de este año, el Instituto Potosino del Deporte enlistó en la Plataforma Estatal de Transparencia un pago a la Federación… ¡registrado un año antes, en enero de 2024!
Se trataba de un anticipo por la realización del torneo del año pasado.
Si ha habido más pagos, resulta imposible saberlo, pues el Inpode ha dejado de publicar su listado de cheques. En su lugar, entre febrero y agosto de este año, ha colocado la leyenda de que “la información solicitada en este archivo se encuentra en proceso de generarse, una vez que se tenga, se actualizará”, un proceso que le ha tomado meses cumplir.
A eso se suma la opacidad de la Arena Potosí. Pese a que desde abril es considerado sujeto obligado a subir su información, no lo ha hecho. No le hace falta. La Comisión Estatal de Garantía de Acceso a la Información Pública ya le concedió otros tres meses para publicar su información.
Hay otro asunto polémico en torno a las ediciones previas del torneo en San Luis que se podrían repetir en 2026. Desde hace dos años, las bardas que rodean la unidad deportiva Adolfo López Mateos mantienen los logotipos del tequila y el ron Potosí, que se han convertido en las bebidas oficiales de la Arena Potosí, y del gobierno de Ricardo Gallardo Cardona en general, junto a la imagen gráfica del gobierno del estado. En 2024, ambas bebidas patrocinaron el torneo de ese año.
La empresa tenedora de la imagen gráfica de ambos productos, el emblemático loro huasteco, es Agroindustrias Ricón SA de CV, en donde son accionistas la madre y la hermana del mandatario, y su esposa, la senadora Ruth González Silva, encabeza su órgano de vigilancia.
La administración estatal no ha aclarado el modo en que se estableció esa relación ni los beneficios que ha obtenido una marca en la que tiene vinculación directa la familia del mandatario.
Otra situación aún no explicada del todo se descubrió en 2024, cuando la pasada administración municipal de Soledad de Graciano Sánchez otorgó siete contratos de obra, por más de 37 millones de pesos, a constructoras de Coahuila, el Estado de México y Michoacán, a los que los unía un factor común: sus dueños pertenecían a la Federación Mexicana de Charrería, que un año antes, al final del primer torneo nacional charro celebrado en San Luis, rompieron la prohibición estatutaria de que un estado repitiera dos años consecutivos como sede del evento.
Los accionistas de la empresa michoacana, para más sospecha, eran parientes directos del entonces presidente de la Federación, Antonio Salcedo López, el “amigo de la pala” del gobernador Gallardo Cardona, mote que generó un escándalo nacional, pues el término fue usado por el mandatario como una poco afortunada elegía a la amistad al señalar que un verdadero amigo era el que, sin preguntar, podría ayudar a alguien a enterrar a una víctima de asesinato.
Otros charros beneficiados del erario potosino fueron los propietarios de las dos constructoras tabasqueñas a las que se les otorgó la carretera de los mil millones de pesos, el tramo que extiende el bulevar Río Santiago hasta Palma de la Cruz, en Soledad y cuyo trazo, seguramente por casualidad, pasa a un lado de un rancho propiedad de Gallardo Cardona, que incluye un… lienzo charro en forma.
En suma, las dos pasadas ediciones del Campeonato Nacional Charro generaron bastantes situaciones polémicas y gasto a la entidad que podría caer fácilmente en la categoría de lo suntuoso y superfluo.
La decisión que tomó la Federación Mexicana de Charrería en Aguascalientes esta semana que termina abre la puerta a que San Luis vuelva a ser escenario de estas polémicas. Y todo por un cero.













