Trump lidera liberación de rehenes en Tel Aviv
Ceremonia de liberación de rehenes con Trump en Israel tras acuerdo de intercambio

TEL AVIV, Israel, octubre 13 (ANSA/EL UNIVERSAL).- La noche entre domingo y lunes fue insomne en Tel Aviv, donde las luces permanecieron encendidas y grupos de personas se congregaron en las calles. En lo que el expresidente Donald Trump describiría como "un alba histórica", cientos de ciudadanos se reunieron en la Plaza de los Rehenes para seguir en directo la liberación de los últimos 20 secuestrados vivos.
A las 6:30 de la mañana (3:30 GMT), los vehículos de la Cruz Roja iniciaron su desplazamiento hacia el norte de Gaza.
Durante ese tiempo, la población de la ciudad se mantuvo en un silencio expectante, siguiendo de cerca los noticieros que reportaban cada avance en este momento crucial.
La emoción aumentó unos minutos después de las 7 (hora local), cuando los primeros rehenes fueron entregados por la brigada Sombra de Hamás a la Cruz Roja: desde la Plaza de los Rehenes se alzó un clamor de alegría. Llantos, abrazos, júbilo, bailes, los listones amarillos, símbolo de los secuestrados, arrojados al viento.
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Siete fueron los primeros en recuperar la libertad, después de dos años, Mientras los parientes de los otros 13 vivieron minutos de angustiante tensión.
Luego sonaron los teléfonos: milicianos de la brigada Qassem en videollamada pasaron el teléfono a los rehenes para que hablaran con sus familiares.
En esos mismos momentos, el presidente de los Estados Unidos seguía en streaming desde el Air Force One, que se acercaba a Israel.
En la playa de Tel Aviv, una sorpresiva mega instalación en la arena con la inscripción "thank you" (gracias) y su perfil en amarillo (el color de los rehenes y de su cabello) le esperaba.
El avión presidencial la sobrevoló durante el aterrizaje. En ese momento, los 1.996 prisioneros palestinos liberados por Israel en el acuerdo de intercambio ya estaban en los autobuses, incluidos los 250 condenados a cadena perpetua por terrorismo, destinados a ser expulsados hacia el sur, en dirección a Egipto.
Las familias palestinas se dirigieron a los lugares indicados dentro de la Franja, donde pronto llegarían sus parientes. Los medios de Gaza mostraron multitudes de personas esperando entre los escombros.
Mientras las cámaras de al Araby capturaban los vehículos de Hamás en un área poco poblada entre el sur y el centro de la Franja, se realizaba la entrega a la Cruz Roja de los últimos 13 rehenes israelíes vivos.
A los 9:48 horas (6:48 GMT) en un área poco poblada entre el sur y el centro de la Franja, se realizaba la entrega a la Cruz Roja de los últimos 13 rehenes israelíes vivos. A esa hora, no quedaba ningún secuestrado sobreviviente en manos de los terroristas, después de 738 días de infierno, como declaró la portavoz del gobierno de Jerusalén.
"El corazón explota de alegría", escribió en su cuenta de la red social X la madre del soldado Nimrod Cohen.
A las 8:59 (5:59 GMT), Donald Trump descendió de las escaleras del Air Force One sobre la alfombra roja en el aeropuerto Ben Gurion de Tel Aviv. Fue recibido por el presidente de Israel, Isaac Herzog, Benjamin Netanyahu y su esposa Sara, Steve Witkoff, el yerno y consejero Jared Kushner, y la hija Ivanka.
"Es un día fantástico. Un amanecer histórico. Quizás su mejor día", le dijo a su amigo Bibi (como se conoce a Netanyahu, NDR).
"Esto es historia", le respondió Netanyahu. Una brevísima ceremonia y luego, por la autopista abierta solo para el convoy blindado, rumbo a Jerusalén.
En el automóvil con Trump, fuera de protocolo, iban Bibi y Sara.
"Este es un nuevo comienzo", escribió el presidente al firmar el libro de visitantes en la Knesset.
Luego, se reunió con algunos familiares de los rehenes. Y entró triunfalmente en el Parlamento de Israel: "Trump, Trump, Trump", coreaban los parlamentarios.
"Estamos felices de que los rehenes hayan sido liberados, la guerra terminó. Hamás respetará el acuerdo", declaró el presidente. Como es habitual, su discurso fue el último, después del de los invitados.
El presidente de la Knesset, Amir Ohana, lo comparó con Ciro el Grande, el rey persa que permitió a los judíos regresar del exilio en Babilonia y reconstruir el Templo en Jerusalén.
Netanyahu, en un discurso emocional, le agradeció anticipando que con él "Israel puede firmar nuevos tratados de paz con los países árabes o musulmanes". Aplausos. Luego, fue el turno de Trump: cada frase, una ovación de pie.
Habló como un río desbordado, superando en más de una hora y media el tiempo asignado.
Durante el discurso, hubo dos o tres minutos de caos con dos parlamentarios que gritaban y agitaban un papel por el Estado de Palestina. Fueron expulsados de inmediato del aula.
Trump retomó la palabra haciendo bromas. Y antes de dejar la Knesset, le lanzó la pelota a Herzog: "¿Por qué no le concedes el indulto a Bibi?", le preguntó. Mientras tanto, en la televisión, se repetían constantemente las imágenes de los rehenes recién llegados a casa. Débiles, demacrados, debilitados, pero vivos.
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