EL OSO ¿DORMILóN?
Lo peor que como comunidad nos puede pasar a los potosinos en estos días aciagos es que alguien quiera sacar raja política del conflicto que vive la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Hasta el momento, hay algunos asomos de esa clase de intenciones, pero de actores menores. Si desde tras bambalinas hay intereses más densos moviéndose en ese sentido, todavía no es mucho lo que se alcanza a ver.
Quienes principalmente tienen en sus manos la responsabilidad de encontrar soluciones rápidas, eficaces y duraderas son las autoridades universitarias y la Fiscalía General del Estado. Si cumplen con su deber, el conflicto podrá entrar pronto en vías de arreglo. De lo contrario, se abre un riesgoso espacio para que voces tan desatinadas como las de los diputados Sara Rocha y Carlos Arreola sigan vomitando disparates y sobrecalentando el ambiente.
En su carácter de presidenta de la mesa directiva del Congreso, la también dirigente estatal priista declaró que ella y sus compañeros estaban considerando exigir la renuncia del rector Alejandro Zermeño. ¿A título de qué, en ejercicio de qué atribuciones, de parte de quién? Casi a la misma hora del martes, Arreola declaró que estaba considerando citar a comparecer al rector, cual si fuera integrante del gabinete estatal.
El legislador morenista no tardó mucho en encontrar respuesta. Ya entrada la noche del martes, alumnos de la facultad de Derecho hicieron circular en redes un video de tres minutos de duración, con intervenciones leídas por tres de ellos, en el que le recuerdan a Arreola que ya antes ha hablado de presentar una iniciativa de ley para que el rector de la UASLP sea electo mediante votación directa. Los jóvenes le advirtieron con toda claridad que si presenta ese proyecto abiertamente violatorio de la autonomía universitaria, ellos procederán a tomar las instalaciones del Congreso para evitar la impertinencia. ¿Así o más claro? La duda que queda es si en el caso de Sara y Arreola actuaron por impulso propio o si lo hicieron por encargo.
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Por el lado de la Casa de Estudios, es obvio que la reacción ante el ataque sexual cometido en las instalaciones de la Facultad de Derecho la tarde del viernes fue lenta e insuficiente. Seguramente por el inminente fin de semana hubo indolencia de las autoridades universitarias, que se ha buscado recomponer con la renuncia del director y la remoción de la Defensora de los Derechos Universitarios y de algún otro funcionario con menor rango.
Esto es un anlgésico para los dolores del momento. Con visión de futuro, el rector Zermeño debe proceder a una revisión profunda de varios rubros importantes en el funcionamiento de la UASLP. Sin la posibilidad de reelegirse para un período más, tendría sentido que se empeñara en dejar un buen legado en la Rectoría. Por ejemplo, revisando y actualizando los famosos protocolos de reacción ante cierto tipo de acontecimientos, o sometiendo igualmente a una revisión profunda los reglamentos para el uso de todas las instalaciones, así como de su seguridad. Todo eso, claro, sin descuidar temas axiales como la calidad académica.
Conozco, pero no comparto, la teoría de que detrás de los sucesos que tienen agitada a la Universidad, está la mano del gobernador Ricardo Gallardo Cardona, con cualquiera de dos motivos o ambos: encontrar pretextos para no pagar o por lo menos dilatar el pago de los 200 y pico de millones de pesos que le debe al Alma Mater, y obligar al rector Zermeño a ir a besarle la mano y pedirle socorro para salir del problema. No lo creo. Y no lo creo a partir de una premisa ya expuesta en columnas anteriores: se necesita estar absolutamente loco o ser irremediablemente tonto para salir a buscarte problemas que, en caso extremo, te podrían hasta costar el cargo.
Lo ocurrido el martes pasado es toda una lección ineludible: sin más medios de comunicación y organización que las redes sociales y sin llegar ni al 10 por ciento del alumnado de la UASLP, unos cuantos centenares de estudiantes desquiciaron la ciudad.
La Autónoma tiene actualmente casi 34 mil estudiantes; unos 6 mil están repartidos en las unidades académicas de Matehuala, Salinas, Rioverde, Valles y Tamazunchale. Esto quiere decir que en esta capital y su zona conurbada residen unos 28 mil. El martes, unos centenares enloquecieron gran parte de la ciudad con sus bloqueos.
A lo que voy es a lo siguiente: si en lugar de solucionarse el actual conflicto originado al interior de la Universidad, hacen su aparición intereses políticos y agitan más las aguas -como magistralmente lo han mostrado Sara y Arreola- lo del martes pasado será un picnic comparado con lo que puede venir después. Ese día por la tarde la unidad académica de la UASLP en Rioverde, donde deben estudiar unos mil quinientos jóvenes, hizo público un desplegado muy institucional en el que con un lenguaje muy cuidado en esencia dicen algo así como aquí estamos para lo que se ofrezca.
Le he dicho antes, pero me parece útil repetirlo: si por cualquier razón o por la culpa de quien sea, la Universidad se ve obligada a defenderse de algún tipo de agresión externa, puede con relativa facilidad bloquear las principales carreteras que cruzan la entidad y con ello desquiciar la movilidad en toda la geografía estatal. Lo del martes fue una probadita. Un anticipo del infierno al que podemos ir si seguimos con las boberías de patear al oso dormilón. Me parece algo muy fácil de entender, pero como recomienda Yuval Noah Harari, nunca hay que subestimar la estupidez humana.
NOVEDADES AZULES
De entre las cosas anunciadas por el Partido Acción Nacional en su relanzamiento del sábado, lo que más interés suscitó en estas tierras fue lo del no a futuras alianzas electorales, en particular con el Partido Revolucionario Institucional. Esto, porque aquí los números de intención de voto indican claramente que, si la oposición va separada a las elecciones del 2027, no gana ni una regiduría.
Pero tampoco hay que ser fatalistas ni ignorar el entorno. De entrada, en política los propósitos no siempre se cumplen. Si se cumplieran, la política dejaría de ser ciencia social y pasaría a ser ciencia exacta. La alternativa a perder todo por separado es ganar algo juntos. Y algo siempre será mejor que nada.
Entre los acontecimientos de otras tierras, está el caso de Nuevo León, donde de inmediato los panistas avisaron que ellos tienen bases sólidas para afirmar que si van en alianza con el PRI pueden ganar la gubernatura.
Dentro del enorme caudal de opiniones que generó el evento panista, la mayoría desfavorables, registre una, de Javier Tello en el programa que conduce Leo Zuckermann, en el sentido de que las alianzas reales y respetables son las que se dan entre partidos que comparten ideología, por lo menos parcialmente, y un programa de gobierno. Dijo que las coaliciones partidistas basadas en "puros numeritos" son muy artificiales y poco eficaces.
Tengo la impresión de que en su inmensa mayoría las alianzas partidistas son impulsadas por "puros numeritos", si asumimos que las elecciones son en esencia una cuestión de números. Gana el que suma más votos. No en balde uno de los promocionales más eficaces para fijar en la mente de los mexicanos la utilidad del IFE fue algo así como "para que los votos cuenten y se cuenten".
Luego, si algún factor se hace siempre presente en las contiendas por el poder es el pragmatismo, esa corriente de pensamiento que valora los resultados sin reparar en los medios, por lo que en buena lógica habrá que esperar al momento de las definiciones, en cosa de un año, a ver qué resulta.
Con base en los resultados de la elección del año pasado y en lo que indican las encuestas de intención de voto recientes, para ganar la gubernatura en el 2027 el PAN y el PRI solo tienen alguna posibilidad si además de ir juntos logran convencer a Movimiento Ciudadano de que se incorpore.
Y esas posibilidades se acrecientan si finalmente Morena y el Verde van cada uno por su lado. Si van juntos y además incluyen al PT, simple y sencillamente no hay manera de ganarles. Por separado, indican las mismas mediciones, son vulnerables. Si no se atraviesa alguna otra cuestión, la próxima semana le damos una revisada a los números.
COMPRIMIDOS
Nuestra columna de la semana pasada, relativa al proyecto de ampliación de la carretera 57 que ha concluido la Cámara Mexicana de la Industrial de la Construcción, Capítulo San Luis, recibió algunos comentarios interesantes que ya hoy no podemos incluir por falta de espacio. Sin embargo, aunque no haya sido una reacción directa a lo que escribimos, guarda estrecha relación y no podemos pasar por alto. Lo del segundo piso, del Distribuidor Juárez a La Pila, con unos 20 kilómetros de extensión, a un costo de 12 mil millones de pesos, es un disparate de proporciones oceánicas. Ya les explicaremos por qué.
Por cierto, tomando en cuenta que el mayor problema de movilidad que padece la zona conurbada se presenta entre el Distribuidor y el entronque de la carretera a Villa de Reyes (25 kilómetros), resulta muy poco razonable, por decir lo menos, estar planeando trasladar a La Pila a tres dependencias estatales con centenares de empleados que se mueven en cientos de automóviles. O sea, a complicar más un problema ya de suyo difícil. Bien dijo el gran Albert Camus cuando le preguntaron que haría para resolver los problemas del mundo. "No aumentarlos", respondió.
Recién comentaba con un amigo que me seguía llamando mucho la atención el hecho de que la senadora Ruth no hubiera estado presente ni en la última visita de la presidenta Claudia Sheimbaun -a la que esta vez se invitó a tutiri mundi- ni hubiera acompañado a su marido a recorrer las áreas inundadas en la Huasteca. La respuesta que recibí me parece digna de compartirla: "A mí me sorprendió más el color del vestido que lució en el informe de su esposo: rojo y no verde". Ya revisé los videos y es cierto. ¿Mensaje subliminal? Y conste que ahí andaba el Güero Velazco.
Vaya que le resultó contraproducente al gobernador Gallardo Cardona su decisión de adelantarse al anuncio oficial que por ley y protocolo correspondía hacer a la dizque autónoma Fiscalía General del Estado, respecto de la captura de uno de los presuntos responsables del ataque sexual en la Facultad de Derecho. Las redes ardieron y le lanzaron auténticas catilinarias, como pocas veces, si no es que nunca, había ocurrido. Esta vez el agandalle protagónico salió carísimo. Cada vez la gente, en este caso principalmente jóvenes, está menos dispuesta a mirar para otro lado.
Hasta el próximo jueves.
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